La fachada más famosa de Valladolid: simbolismo, leyenda y arte a golpe de cincel
Uno de los mayores tesoros arquitectónicos de Valladolid es la imponente fachada del Colegio de San Gregorio, una obra maestra del gótico hispano que cautiva por su complejidad y simbolismo. A primera vista, su intrincada ornamentación recuerda a un retablo esculpido en piedra, donde cada detalle parece contar una historia oculta.
A lo largo de los años, su significado ha sido motivo de debate y especulación. Hay elementos que siguen generando preguntas sin respuesta: ¿Quiénes son los misteriosos hombres cubiertos de pelo? ¿La fuente central representa la sabiduría o la eterna juventud? Para desentrañar sus secretos, es necesario analizar la estructura por niveles.
Primer nivel: figuras religiosas y el legado de Alonso de Burgos
Justo encima de la puerta principal, enmarcado por arcos, se encuentra el relieve central, donde se representa a San Gregorio Magno recibiendo la ofrenda de Fray Alonso de Burgos, el fundador del colegio y confesor de Isabel la Católica. La escena es presenciada por San Pablo y Santo Domingo, figuras clave en la tradición eclesiástica.
El recuerdo de Alonso de Burgos está presente en toda la fachada a través de la repetición de su emblema personal: la flor de lis, símbolo que aparece tallado en innumerables ocasiones, como un homenaje a su legado.
Centro de la composición: la fuente y sus múltiples significados
El corazón de la fachada lo ocupa una gran fuente esculpida, rodeada de pequeños querubines o putti, típicos del arte renacentista italiano. Sobre ella crece un granado, cuya interpretación varía según el punto de vista. Algunos lo asocian con el árbol de la ciencia o de la sabiduría, mientras que otros lo ven como una clara referencia a la conquista de Granada en 1492, una de las gestas más importantes de los Reyes Católicos.
Esta exaltación del poder monárquico se refuerza con la presencia del escudo de Isabel y Fernando, sostenido por dos leones que podrían representar a los propios soberanos, y el águila de San Juan, emblema de la reina. Más que un simple adorno, esta iconografía funciona como un símbolo de propaganda política o, quizás, como una expresión de gratitud del fraile hacia sus benefactores.
Los enigmáticos hombres salvajes: guardianes o símbolos cortesanos
Uno de los elementos más intrigantes de la fachada son las figuras humanas de aspecto primitivo, situadas a ambos lados de las escenas principales. Cubiertos de pelo y con un aire feroz, estos personajes han sido objeto de múltiples interpretaciones.
La teoría más aceptada es que representan una antigua costumbre cortesana: los escuderos se disfrazaban de "salvajes" en fiestas y torneos, evocando los relatos de caballería. Este simbolismo se refuerza con la presencia de figuras armadas con lanzas y escudos, que representarían la Virtud, en contraste con la supuesta barbarie de los salvajes.
Otras hipótesis sugieren que podrían aludir al mito del hombre puro en su estado natural o simplemente actuar como guardianes del edificio. Un detalle curioso es que uno de estos personajes porta un escudo con la cruz de Calatrava, un elemento que también aparece en los soldados del nivel superior, en contraposición con otros blasones donde se insinúan figuras demoníacas.
El nivel superior: los primeros retratos de indígenas americanos en Castilla
Más arriba, en las jambas, se encuentran otras figuras similares a los salvajes, pero con una diferencia clave: carecen de vello corporal, e incluso algunos parecen completamente lampiños. Estas esculturas han sido identificadas como las primeras representaciones de los indígenas americanos en el arte castellano, lo que cobra especial significado si recordamos que en este mismo lugar se celebró la Controversia de Valladolid.
Este histórico debate enfrentó a Fray Bartolomé de las Casas, defensor de los derechos de los pueblos originarios del Nuevo Mundo, con Juan Ginés de Sepúlveda, quien argumentaba que los indígenas carecían de alma y eran inferiores.
En esta sección de la fachada también se pueden encontrar referencias simbólicas a conceptos como la pereza y la ignorancia, que se presentan como obstáculos a vencer a través del conocimiento. Entre estos detalles ocultos, destaca la presencia de un caracol, que, al igual que la famosa rana de la Universidad de Salamanca, se ha convertido en un símbolo de buena suerte para quienes lo encuentran. ¿Te animas a buscarlo?
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